Cuando la termita ataca una viga, sus efectos pueden asemejarse a una reducción en la sección de la misma, de manera que la capacidad límite de carga de la viga afectada se ve modificada. Esta variación en la capacidad de carga no es directamente proporcional a la disminución de la sección puesto que la merma de capacidad de sostén es muy rápida. Tal como vemos en el gráfico superior, una disminución de un 35% de una sección produce una reducción de la capacidad de carga de un 65% respecto de su valor inicial.
Aunque se trate de una estimación que puede variar en función de la forma en que se produce la disminución de la sección ( en altura H, en su base b o en ambas...), del tipo de madera, etc..., es representativa de la magnitud del daño que puede provocar un ataque de termita sobre las vigas de una edificación.
Recordamos la importancia de mantener las vigas de madera a la vista en zonas donde exista elevada posibilidad de presencia de termitas, y en el caso de que estén cubiertas por talla, que se realicen catas para su valoración si existen indicios de termita en la construcción, por mínimos que sean. Existen pequeñas sondas de vídeo que nos permiten acceder a las vigas realizando pequeñas perforaciones en la talla.
Flechas superiores a L/300 en las vigas deben hacer saltar las alarmas respecto a su capacidad de soportar las cargas y tensiones de la edificación. Así mismo, la presencia de zonas cóncavas en las plantas superiores de una vivienda, la presencia de grietas en la talla o el las paredes, el desprendimiento de los recubrimientos del suelo del tipo que sea, etc... son síntomas que deben estudiarse con rapidez por parte de técnicos especialistas en edificación.
Dado que la estructura debe mantenerse en perfecto estado, es imprescindible abordar tratamientos integrales contra termitas cuando se detecta la presencia de estos xilófagos en un edificio, especialmente, si las vigas que lo sustentan son de madera. El tratamiento debe tener carácter curativo ( eliminar las termitas existentes), y preventivo ( para minimizar la posibilidad de ataques futuros).
Recordamos la importancia de mantener las vigas de madera a la vista en zonas donde exista elevada posibilidad de presencia de termitas, y en el caso de que estén cubiertas por talla, que se realicen catas para su valoración si existen indicios de termita en la construcción, por mínimos que sean. Existen pequeñas sondas de vídeo que nos permiten acceder a las vigas realizando pequeñas perforaciones en la talla.
Flechas superiores a L/300 en las vigas deben hacer saltar las alarmas respecto a su capacidad de soportar las cargas y tensiones de la edificación. Así mismo, la presencia de zonas cóncavas en las plantas superiores de una vivienda, la presencia de grietas en la talla o el las paredes, el desprendimiento de los recubrimientos del suelo del tipo que sea, etc... son síntomas que deben estudiarse con rapidez por parte de técnicos especialistas en edificación.
Dado que la estructura debe mantenerse en perfecto estado, es imprescindible abordar tratamientos integrales contra termitas cuando se detecta la presencia de estos xilófagos en un edificio, especialmente, si las vigas que lo sustentan son de madera. El tratamiento debe tener carácter curativo ( eliminar las termitas existentes), y preventivo ( para minimizar la posibilidad de ataques futuros).

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